miércoles, 7 de marzo de 2012

CAÍDA DEL CABELLO

Tal cual me dijo el Oncólogo, después de 18 días de recibir la primera Quimioterapia el pelo se empezó a caer.
Días antes tuve mucho dolor y sensibilidad en el cuero cabelludo, al grado de no poder apoyar la cabeza en la almohada, conseguí una loción, la cual me la ponía y me calmaba.
Al inicio botaba pelo en la almohada, cuando me duchaba, cuando me peinaba, pero luego de dos días, ya eran mechones grandes los que se caían, al caminar atrás mío iba dejando una alfombra de pelos, como ya me quedaba poco, decidí ir a la peluquería para que me afeitaran la cabeza, literalmente quedé calvita!
El dolor y la sensibilidad pasaron.
Debo contarles que ya me había preparado comprando variedad de turbantes, gorros, pañuelos y aretes largos.
Saben una cosa? Tuve una actitud fabulosa, que nunca imaginé, desde que me mire al espejo por primera vez saliendo de la peluquería con un lindo turbante rojo, me gusté, me agradó mucho mi nuevo look y a mi esposo también, me decía que se me veía distinguida, será por el cuello de jirafa que tengo?
A partir de ese día cambio de gorros, pañuelos y turbantes, los combino con la ropa y con los accesorios, me maquillo a diario, me entretengo y me gusta, nunca me afectó esta situación, realmente lo que importa es que estoy viva y disfrutando de la vida que es maravillosa, ya el pelo crecerá en su momento.
Igualmente uso peluca para compromisos o salidas de noche,  es muy bonita, es de pelo natural y del mismo tono del mío.
Lo único incomodo de este episodio, fue cuando mi cara se volvió un borrador, si un borrador, porque se me cayeron las pestañas y las cejas, me demore en aprender a pintarme las cejas y alguna vez me he puesto pestañas postizas.
Es por esto y mucho más que me siento bendecida, porque la actitud es una de las herramientas más importantes en todo este proceso y siempre tuve y tengo una actitud positiva, de la  que yo misma me asombro.
Sé que se la debo a Dios, a mi esposo, hijos, familiares y amigos que siempre han estado y están pendientes de mí, demostrándome un cariño incondicional, eso me anima y me hace sentir muy importante, me mantiene con el espíritu en alto y si tengo momentos malos, rápidamente reacciono y los convierto en ilusiones y esperanzas.


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